Muchos hablan de un cambio de era, la pandemia de la COVID 19 ha marcado un antes y un después de la historia de la humanidad, transformaciones, mejores adaptaciones de la educación, del comercio, de la forma de relacionarnos, de los hábitos de higiene, de la modalidad en la atención en salud, de los mercados locales e internacionales que de una forma inesperada tuvieron que cambiar para responder a las nuevas condiciones que ha marcado este fenómeno epidemiológico.
Fenómenos sociales, como, internet, medios de comunicación, automatización de procesos, la robótica, la ejecución remota de tareas; han sido acelerados y llevados a su límite, con el fin de dar una respuesta a la demanda que está presentando la humanidad para poder adaptarse a las circunstancias de la pandemia.
Nuevas necesidades se han creado en estos tiempos, las respuestas a las mismas requerirán tiempo pero hasta que esto ocurra, la pandemia influirá en nosotros de múltiple y variada forma e intensidad, generando diversidad de efectos.
La depresión y la ansiedad, son problemas de salud mental que han estado con nosotros de manera habitual, afectando a la capacidad de trabajo y la productividad, sin embargo, el confinamiento, la muerte, la enfermedad, el desempleo, las han intensificado y con ellas se ha incrementado el riesgo de otras enfermedades, contribuyendo a lesiones no intencionales e intencionales.
Una persona puede presentar las siguientes manifestaciones clínicas:
- Indignación
- Reducción de emociones positivas: felicidad, satisfacción
- Comportamiento errático
- Distanciamiento reducción de la comunicación
- Preocupación por infectarse
- No comprensión del modo y velocidad de la trasmisión
- Aislamiento social
- Entre otras.
¿Cómo podemos mejorar esta situación?
A continuación, algunas recomendaciones:
- Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días.
- Haz actividad física de manera regular.
- Come de manera saludable.
- Evita el tabaco, el alcohol y las drogas.
- Apaga las pantallas por algún tiempo todos los días, y hazlo también 30 minutos antes de dormir.
- Reserva tiempo para ti mismo.
- Mantén tu rutina normal.
- Busca fuentes de información con buena reputación, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Mantente ocupado.
- Concéntrate en los pensamientos positivos.
- Evita el aislamiento social. Disfruta haciendo sociabilidad virtual y hablando con los que viven en tu casa.
- Encuentra un propósito ayudando a la gente que te rodea.
- Pide ayuda cuando la necesites.
Enfrentar las circunstancias actuales requiere acciones integrales, el apoyo fragmentado y de fuentes sin reputación puede ser contraproducente y empeorar la situación, que la persona está afrontando.
Busca asesores profesionales y comparte información relevante que aporte a beneficio de las demás personas, especialmente a tus familiares y amigos cercanos.
MsC. Edison Ipiales.
